En España, estas laderas están vivas, otra vez!
Eric Asimov, The New York Times (23-07-2009)
Los bancales de piedra, llenos con las vides verdes, se alzan sobre la ladera de la montaña del río Sil, en un ángulo imposible, como un cohete que asciende hacia el espacio. La única manera de bajar y subir, es a pie. E incluso así, en verano la subida es terrible, con el sol brillante las piernas palpitan, la espalda protesta y la mente hierve en rebelión contra la locura que padece.
Pero en el corazón de Ribeira Sacra, en la región de Galicia, en el noroeste de España, los cultivadores la uva han estado haciendo esta subida loca día tras día desde hace 2.000 años. Los romanos primero tallaron estos bancales para suministrar el vino para su marcha al Atlántico. Durante siglos la gente, dirigida por los monjes, cultivaba los viñedos en las gargantas empinadas del Sil y de dos otros ríos: el Miño y el Bibei.
Por milenios, los viñedos colgantes han sido la imagen de esta tierra. Los granjeros cuidaron de los animales, cultivaron el grano y las uvas - otra cosecha para la subsistencia.
Pero a comienzos del siglo XX ocurrió el desastre. La primera filoxera, un látigo de áfidos que devoraban las raíces, devastó las vides. Entonces la guerra civil española devastó la economía. Mucha gente joven se fue para escapar de la vida en el campo. Los agricultores abandonaron los bancales, las sombras fantasmales de las piedras que desmenuzaban una antigua manera de vivir.
Pero al lado de estos abandonados bancales viejos, surge una nueva energía en Ribeira Sacra. Se están reconstruyendo las bancales viejos, se están renovando los viñedos y el vino se está haciendo de nuevo - el vino a veces imponentemente bueno - que, para asombro de algunos ancianos del lugar, recibe alabanzas en todo el mundo.
El siglo XXI está trayendo a Ribeira Sacra el potencial para hacer un gran vino, la zona está en la encrucijada de la vinificación.
Aquí, en esta región aislada, de la que se sabe poco, incluso en el resto de Galicia, el potencial para la distinción viene de la combinación de uvas indígenas, los suelos de la pizarra y del granito, los microclimas peculiares de los ríos y de los bancales, y la determinación humana para hacer vinos singulares.
Pero también hay presión en contra de la fabricación de tales vinos. La burocracia del vino local prefiere vino limpio, barato, chillón para la venta en grandes cantidades. Otros están a favor de plantar las uvas con renombre internacional, como tempranillo, la uva de Rioja. Los vinicultores lo llaman “Rioj-itis.” “Hay dos tipos de vinicultores: los que quieren hacer dinero y los que quieren hacer vino,” dijo un vinicultor de la D.O.R.S. “la tradición aquí es hacer uno su propio vino, para beber en casa. Mucha gente dice, haz más, haz más,…pero, por qué?”
Mientras cualquier persona recuerda que la mencía ha sido la uva roja dominante, pues Ribeira Sacra es una región próxima al Bierzo. Pero, mientras el Bierzo produce vinos oscuros y densos, los vinos de Ribeira Sacra son ligeros, corpóreos, con un equilibrio sedoso de la fruta y con minerales que pueden evocar a un Borgoña. “Si mira las grandes regiones de vino del mundo - Borgoña, Champán, Burdeos - es muy difícil encontrar condiciones similares en el sur de España, pero puede encontrar esas condiciones aquí,” dijo Raúl Pérez, que hace vino en varias regiones españolas, incluída Ribeira Sacra desde 2002.
En Amandi (subzona de Ribeira Sacra), la gente antes llevaba las uvas a sus espaldas, dos veces al día, por estas laderas en pendiente. Ahora llevan las cargas pesadas a los caminos próximos, y de ahí en algún tipo de vehículo hasta la bodega, ya que que las pistas se están empezando a pavimentar.
Con estas condiciones, muchos cultivadores y vinicultores parecen tener problemas de espalda.
Algunos de los bancales más próximos al río, directamente heredados de los romanos, han sido consumidos por el río, ya que las presas hidroeléctricas elevaron el nivel del agua. A través del río, en otra ladera escarpada, los bancales están vacíos y cubiertos de hierba.
Uno no puede dejar de detectar la naturaleza intemporal de Ribeira Sacra, de cómo una botella de este vino puede tener sabor a 2.000 años de historia.
En las riberas del Sil, el calor es intenso durante el día, aunque las noches son frescas. Sus vides se extienden por diversos sitios. Las uvas, sobre todo la mencía, parecen reaccionar diferentemente a cada curva en la fila, cada ángulo de exposición al sol. Las “mismas uvas, diversos sabores,”dice un viticultor.
Gustos de Galicia
Los mejores vinos de la región de Ribeira Sacra se hacen en pequeñas cantidades y pueden ser difíciles de encontrar. En Manhattan he encontrado los vinos de Ribeira Sacra en Astor Wines, cabrini Wines, Chamber Street Wines, PJ Wine y Sherry-Lehmann.
